Las 10 rutas más espectaculares
- Le proponemos diez rutas espectaculares para viajar este verano
10 julio 2017
Dejar todo y marcharse, qué maravilla. Lo cantaba Silvio Rodríguez y lo aprovechan agencias, anuncios y demás empresas para aventurar a sus clientes al viaje. El mundo se ha achicado tanto que la intriga de llegar a un lugar desconocido puede haber mermado. Nos desplazamos al otro lado del mundo en horas. Visitamos los lugares desde el salón, a golpe de clic. Y conocemos sabores, olores y artesanía en el mercadillo más cercano.
Sin embargo, aún quedan circuitos en los que maravillarse. Y, aunque William Faulkner dijera aquello de que “un paisaje se conquista con la suela de los zapatos, no con las ruedas del automóvil”, hemos elegido las diez rutas –siguiendo una selección realizada por la compañía Seat– más alucinantes del mundo para recorrer por carretera. Asfalto y la jornada por delante: esos son los ingredientes principales. Aparte, una variedad que toca diferentes panoramas. “Las hay que ascienden a picos casi inalcanzables a través de serpenteos sin fin, otras que atraviesan parques, valles y montañas a lo largo de miles de kilómetros, e incluso algunas son románticas”, explican los responsables de una lista que, como todo, complacerá a unos y disgustará a otros. Habrá quien le vea carencias esenciales y quien la considere desmesurada. Lo importante, en definitiva, es disfrutar el camino. Con seguridad y responsabilidad, claro.
1 Ruta 66, Estados Unidos. Es, quizás, la más soñada. Sus números: 4.000 kilómetros, siete Estados, decenas de grados de diferencia térmica. Leyenda para los que la cruzaban a dedo desde Chicago hasta Santa Mónica. Construida en 1926, en 1985 fue descatalogada de la red estatal. Una decisión que millones de viajeros niegan a diario, aunque sea para formar mantener vivo un símbolo.
2 Transfagarasan, Rumanía. Son 90 kilómetros de curvas en plenos Cárpatos. Durante el año puede estar cerrado por las nieves y a su paso se contempla el castillo Poenari, supuesta residencia de Vlad Tepes, el príncipe que inspiró "Drácula", de Bram Stoker. La ruta alcanza los 2.034 metros de altitud y se construyó en la década de los ochenta para asegurar un paso rápido a la Unión Soviética, aliada durante el mandato de Nicolae Ceausescu.
3 Paso de Stelvio, Italia. Es el segundo paso de montaña más elevado de los Alpes, con un emplazamiento a 2.757 metros de altitud. En sus 24 kilómetros concentra 48 curvas con un desnivel medio del 7,6%. Se construyó entre 1820 y 1825 por el imperio austriaco para conectar su territorio con la provincia de Lombardía y ahora se ha convertido en una de las etapas estrella del Giro de Italia.
4 Furka Pass, Suiza. En plenos Alpes suizos, a 2.453 metros de altitud, debe su nombre a la palabra latina ‘furka’. Por aquí pasó el comercio romano de pieles, sal o vino. Escaló a la fama gracias a "Goldfinger", una de las primeras películas de James Bond, de 1964. Estando en uno de los 30 puertos más altos de Europa, sus vistas espectaculares están garantizadas, destacando el glaciar Ródano
5 Ruta Napoleón, Francia. Recorre 325 kilómetros y su origen (de ahí su denominación) es el camino que hizo el emperador Napoleón Bonaparte en Francia cuando volvió de la isla italiana de Elba, donde estuvo exiliado un año. Parte desde Antibes, puerto al que llegó, hasta Grenoble, al norte. Y pasa por las regiones de Provenza, Alpes, Costa Azul y Rhône-Alpes.
Desfiladero de la Hermida, España. Este conjunto de gargantas del macizo de Ándara ocupa 21 kilómetros y es el desfiladero más largo de España. Transcurre entre las comunidades de Cantabria y Asturias. Se accede por la carretera N-621 y sus 6.350 hectáreas son una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Hayas, robles, alcornoques y buitres o águilas se suceden entre sus verticales paredes de roca.
Paco Nadal, autor de libros, guías de viaje, y colaborador en programas de radio, recomienda perderse por la 'mítica' Ruta 66 (EE. UU.). “Es un camino tan simbólico para la literatura y la música que merece la pena recorrerlo sin prisas”, sostiene Nadal. Cree que te inmiscuyes rápidamente en escenarios “muy variados y poco conocidos” de la geografía norteamericana. No es de extrañar: en sus casi 4.000 kilómetros de Chicago a Los Ángeles atraviesa estados como Missouri, Kansas o Arizona. “Todo el mundo se la espera como el Camino de Santiago: señalizada, llena de albergues y caminantes en cada parada, pero no es así. Ya no existe como tal, solo quedan tramos, y se hace según va saliendo”, sostiene. “Lo mejor es vivirla con libros de Jack Kerouac o Allen Ginsberg y terminarla en la librería City Lights de San Francisco, el templo del movimiento beat". Para disfrutarla en condiciones, propone ir sin prisas, con el sendero más o menos pensado, pero abierto a improvisaciones. Y propone otro destino alternativo –esta vez a pie–: el Camí de Ronda, en Cataluña. “Es un intervalo de la Costa Brava de 43 kilómetros al lado del mar. Fue un camino para el contrabando durante la Guerra Civil y el paisaje es alucinante”.