Solo el 20% de los pasajeros utiliza el cinturón
- Tanto el conductor como el pasajero están obligados a usarlo
13 julio 2017
El autobús es uno de los modos de transporte más seguros. Según una investigación del instituto Rail Safety and Standards Boards Limited, del Reino Unido, el riesgo de sufrir un accidente de tráfico en autobús es 6 veces menor que si se viaja en un turismo; 48 veces menor que en bicicleta y 321 veces menor que si se viaja en moto.
Un accidente de tráfico en este medio presenta unas características específicas. Jesús Monclús, director del Área de Prevención y Seguridad Vial de Fundación Mapfre y coautor de un “Informe sobre el uso del cinturón de seguridad en autobuses”, explica que “su gran masa los hace muy seguros para sus ocupantes en la gran mayoría de tipos de colisiones: atropellos a peatones o ciclistas y choques contra vehículos ligeros”. Por el contrario, en choques contra vehículos de una masa similar o en caso de vuelco es el cinturón el que marca la diferencia.
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Se hubieran salvado
En uno de los accidentes más recientes, que se produjo el 20 de marzo de 2016 en la AP-7, a la altura de Freginals (Tarragona), murieron 13 mujeres, entre 19 y 25 años, de diferentes nacionalidades. Cursaban en España estudios universitarios con becas Erasmus y regresaban a Barcelona después de haber disfrutado de las Fallas de Valencia. El conductor, según el informe pericial de los Mossos d’Esquadra, se quedó dormido, el autobús se desplazó hacia el lado derecho de la calzada y, al darse cuenta, corrigió la trayectoria dirigiendo el vehículo frontalmente contra la mediana. Otra maniobra evasiva terminó en un vuelco sobre el lado izquierdo. Ninguna de las 13 víctimas mortales hacía uso del cinturón. Sus cuerpos se encontraron fuera del autobús. Para Jesús Monclús, “quizás todas no, pero la mayoría sí se hubieran salvado”, en especial “aquellas sentadas en el lado opuesto al del vuelco”.
Velocidad y caída libre
Una colisión a 30 km/h contra un vehículo parado, contra un muro o contra un árbol, por ejemplo, es similar a una caída desde un primer piso o desde 4 metros de altura. Si circuláramos a 80 km/h la caída sería desde una altura de 26 metros, es decir, el equivalente a 7 pisos de altura. Pinche en la imagen para acceder a la infografía.
Sin embargo, solo un 20% de los pasajeros de autocar lleva el cinturón puesto. Ese es el resultado de una inspección realizada por Fundación Mapfre con la colaboración de las empresas Alsa, Avanza, DBlas y Esteban Rivas, que incluyó un total de 76 autobuses, de líneas discrecionales (escolares, deportivos, etc.) y regulares de corto y largo recorrido y un total de 2.288 pasajeros.
Apenas un 27% lo lleva puesto en viajes largos y un 22%, en discrecionales. Pero no llega al 1% de usuarios los que se lo abrochan en viajes interurbanos de corto recorrido. La razón, en opinión de Jesús Monclús, es, “simplemente, falta de costumbre. Nuestro estudio ha comprobado que las alocuciones de los conductores sí son una medida muy eficaz”. En 12 de los autobuses, ocupados por 401 pasajeros, los conductores realizaron avisos sobre la importancia de abrocharse el cinturón. En estos casos, el porcentaje de ocupantes con cinturón pasó de un 25% a casi un 70%.
A pesar de que muchos autobuses urbanos de la EMT de Madrid disponen de sillitas fijas homologadas para que un bebé pueda viajar con seguridad, su utilización es escasa. Debido a esto serán sustituidas por autobuses con plataforma central ampliada y doble para compatibilizar el uso de cochecitos de niños y sillas de ruedas.
Según el reglamento de la empresa, se permite el acceso tanto de cochecitos simples como dobles (tándem o en paralelo), siempre que se sitúen a contra-marcha, en las plataformas centrales y con el freno accionado. No están permitidos los cochecitos dobles en los que los niños viajan uno frente al otro. Si viaja en silla de ruedas, deberá acceder y descender del autobús a través de la rampa habilitada e igualmente colocarse en sentido contrario a la marcha con el freno puesto.