De la pantalla a la realidad
- En 30 minutos se puede practicar en una autovía con varios carriles, de noche, con lluvia, con nieve...
23 mayo 2019
"Cinturón de seguridad abrochado. Retrovisores ajustados. Mete primera, gira a la izquierda, ¡cuidado con el peatón! Empieza a llover, activa los limpiaparabrisas. Incorpórate a la autopista. Hay mucha niebla en el puerto de montaña, extrema las precauciones. Es de noche y empieza a nevar, ¡ojo! “. Todas estas situaciones son posibles en una sola clase de conducir de 30 minutos, ¿Cómo? Gracias a los simuladores de conducción.
“El uso de simuladores en autoescuelas está en aumento, tanto para coches, como motos y vehículos pesados y es una herramienta complementaria al profesor, excelente para practicar en condiciones no habituales, si tienes una fobia y para los primeros movimientos”, indica Roberto Ramos, experto en Seguridad Vial y Director de Formación en Fundación CNAE (Confederación Nacional de Autoescuelas).
Fuera miedos
Los profesores son los primeros en notar la diferencia entre los alumnos que han practicado en un simulador y los que no: “Saben perfectamente dónde están los pedales, cómo meter las marchas o activar el limpiaparabrisas, luces e intermitentes sin necesidad de desviar la vista de la carretera”, señala Ramos. También sirven para eliminar miedos. “Una vez tuvimos como alumna a una mujer de 60 años que tuvo que empezar a conducir por primera vez en su vida tras fallecer su marido, no se acordaba de nada y le daba pánico, ella nos dijo que el simulador fue su salvación”, comenta Marga Gil, profesora en autoescuelas Gala, que cuenta con simuladores en sus centros.
Las clases con simulador también pueden realizarse conjuntamente con las prácticas. El profesor, que acompaña y asiste al alumno durante toda la clase, selecciona el escenario según los puntos a aprender o reforzar y va dando indicaciones, mientras ajusta el simulador según los avances del alumno: cambia el escenario, añade dificultad (hace que de repente se pinche una rueda o tenga que reailzar una frenada de emergencia porque cruza un peatón) y, sobre todo, centra la práctica en aquellos aspectos que más les cuesta a cada alumno.
Los principales fabricantes de vehículos utilizan desde hace años los simuladores en el área de Investigación y Desarrollo, siendo la mejora de la seguridad vial uno de sus objetivos. “Nos permite analizar características de conducción y desarrollar tecnología de seguridad activa ante situaciones como somnolencia al volante, fatiga, conducción bajo los efectos del alcohol o enfermedad… y verificar la efectividad de dicha tecnología”, afirman desde Toyota. “Permite a los ingenieros analizar situaciones de peligro manteniendo a salvo al conductor y con total libertad para los ensayos al poder ‘construir’ carreteras, pueblos, ciudades, giros…”, añaden en Mercedes, que utiliza simuladores desde 1985 y que gracias al “Motion Base Simulator” (2010), “hemos podido no sólo desarrollar los sistemas de asistencia a la conducción existentes, sino implementar nuevos para hacer las carreteras todo lo seguras que sean posible”.
En SEAT utilizan la simulación en el Área de Peatones para mejorar la seguridad en caso de impacto de cabeza, pierna y cadera del peatón en caso de atropello. Los fabricantes coinciden en enumerar los beneficios del uso de simuladores para mejorar la seguridad vial: “entendemos mejor cómo reaccionan los conductores probando un mismo caso común en varios de ellos, en un entorno seguro y controlado y con una gran precisión y seguridad”, señalan en Toyota.
Cada vez es más común que los conductores profesionales mejoren su formación a través de simuladores. Policías, taxistas, conductores de autobuses y camiones… se enfrentan a condiciones mucho más extremas en la vía y, además, está en su mano la seguridad de los ciudadanos. Gracias al uso de simuladores se puede formar a los conductores profesionales en circunstancias clave para la seguridad, “pueden entrenar conducción defensiva y preventiva sin riesgo y de manera repetitiva, adquiriendo reflejos naturales para aquellas situaciones de riesgo que se dan muy pocas veces en la realidad y que son difíciles e incluso imposibles de entrenar”, declaran Elena Gurrutxaga, Area Manager, y Ana Ohlsson, directora de marketing de Lander, fabricante de simuladores para conductores profesionales.