25 junio 2019
Es difícil saber dónde te llevará la carretera: puede que los protagonistas de este reportaje nunca imaginaran que trabajarían con un gigantesco camión sobre el asfalto de Nevada (EE.UU.), llevando turistas en Karlovy Vary (República Checa) o como 'rider' en Londres (Reino Unido). Son algunos de los miles de españoles que un día decidieron dar el salto y continuar sus vidas en otro país. Hoy su trayectoria profesional les ha llevado a conducir profesionalemnte adaptándose a entornos y normas diferentes, como conducir por la izquierda, límites de velocidad o alcoholemia diferentes. Esta es su historia:
| Daniel Alonso, 36 años. De Segovia a La Tuque (Canadá). 5.410 km. "Todo está en función del clima, pero nunca se para nada" El clima es el verdadero Reglamento de La Tuque, el pueblo canadiense de 11.000 habitantes donde vive Daniel Alonso. De noviembre a mayo, la nieve cubre las carreteras. Porque este ingeniero forestal de Segovia trabaja como guarda en parajes naturales. No se topa con atascos y utiliza una pick-up y un quad o una moto de nieve en el remolque. Le sorprende cómo los agentes de tráfico intentan hacer pedagodía en vez de sancionar. |
| David Aguado, 31 años. De Segovia a Londres (Gran Bretaña). 1.210 km. "Es como todo: al final te acostumbras" Vendió un bar de copas y un supermercado en su Segovia natal y voló a Londres. Vio la oportunidad como 'rider', término con el que se define a los mensajeros de comida en empresas como Deliveroo o UberEats. Lleva una moto de 125 cc y no se queja. "Todo el mundo me pregunta qué tal es conducir con las direcciones cambiadas", bromea, refiriéndose a cómo se transita en el Reino Unido. La primera semana costaba. Y después ya no se enteraba. |
| Mannny Villanueva, 65 años. De Bilbao a Reno (Estados Unidos). 8.840 km. "No me cansa la carretera" Villanueva lleva conduciendo camiones desde los 29 años, cree que ya habrá superado el millón de millas (1,6 millones de kilómetros). Llegó a Idaho en 1979 con un contrato de pastor, trabajó un año en una mina de oro en Nevada, y desde entonces es "conductor de primera". Explica que su camión es de 3 ejes, con morro largo y 18 marchas que cambia "sin tocar el embrague". Ahora trabaja llevando hormigoneras. Después de 36 años, le queda uno para jubilarse y dejar la carretera. |
| Héctor Inglán, 40 años. De Zaragoza a Aquisgrán (Alemania). 1.400 km. "Lo normal es que el autobús esté en silencio. En España es impensable" Lleva desde 2014 conduciendo autobuses urbanos en Aquisgrán, aunque pronto hará las maletas para regresar a su ciudad, donde abrirá una autoescuela. Después de superar una dura criba y recibir un curso de alemán, él y otros cuatro compañeros españoles empezaron a trabajar en la empresa que gestiona el transporte público. El salario es mejor que en España. Eso sí, los impuestos son más altos. |
| Eduardo Gayo, 24 años. De Madrid a Praga (República Checa). 1.770 km. "Al principio lo pasé mal por el tranvia". Estudió Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid. Buscó trabajo y, por casualidad, le salió en Praga. Hizo las maletas, sin dudarlo. Lleva 3 meses como guía turístico, lo que implica pasar en el coche una media de cuatro horas al día. Gayo apunta que los checos son muy agresivos al volante. En cuanto acaba, deja la furgoneta de 8 pasajeros y solo utiliza el transporte público. Destaca que "hay una intolerancia total con el alcohol a la hora de moverse". |