Guardia Civil: 60 años en la carretera
- La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil inició su actividad en en 1959 con 560 guardias.
11 diciembre 2019
La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil inició su actividad en 1959 con 560 guardias en una España por la que circulaban 1.000.000 de vehículos por 60.000 kilómetros de carreteras.
La unidad fue creciendo al ritmo del boom automovilístico que vivía el país: a principios de los 60 la plantilla ya era de 4.000 hombres; en 1975, 7.000 agentes controlaban más de 7 millones de vehículos y 145.000 kilómetros de carreteras.
En 2000, 8.300 agentes cubrían 163.000 kilómetros de vías por los que circulaban 23 millones de vehículos. Actualmente, los 9.100 agentes de la Agrupación dan cobertura al 90% de los 165.000 kilómetros de carretera que hay en España y regulan el 81% del tráfico por carretera, con un parque móvil que supera los 35 millones de vehículos. Su servicio se extiende por todo el territorio nacional, excepto por el País Vasco y Cataluña.
(Siga leyendo este reportaje en nuestra revista interactiva).
El listado de servicios realizados por la ATGC en carretera es interminable. Estas son algunas de esas historias, contadas por los propios guardias civiles.
• En mitad de la autovía
Dormido y tan borracho que había aparcado en el carril derecho en la autovía de Toledo (A-42), pensando que había llegado a casa. Así encontraron los agentes a este conductor: “No se tenía en pie, estaba muy agresivo y tuvimos que reducirlo, ni pudimos hacerle la prueba de la alcoholemia. Hasta la jueza se sonrojó al explicarle los detalles vergonzosos del incidente”, explica un agente que intervino en la detención.
• Alcoholemias positivas
Los agentes aseguran haber visto todo tipo de reacciones y remedios caseros, de nula eficacia, para bajar el nivel de alcohol en sangre en los tiempos muertos entre el primer y el segundo control de verificación, en especial cuando las alcoholemias son tan altas que constituyen delito. “Ante un positivo se ve de todo: llorar, seguir de fiesta, enfadarse, correr como locos, comer yerba o beber grandes cantidades de agua. En una ocasión hubo que trasladar al hospital a un conductor que se desmayó después de beber varias botellas de agua de litro”.
• En los brazos
Las muertes de personas accidentadas son momentos duros para los agentes. Un guardia recuerda que, después de tres horas cortando un coche a cachitos, mano a mano con los bomberos, consiguieron excarcelar a dos chicas de 21 y 23 años. En el traslado a la camilla de la ambulancia, una de ellas falleció: “Murió en mis brazos. Me sentí muy mal. Su hermana también murió. Fue terrible”.
(Más 'Historias de la carretera' en nuestra revista interactiva).
Cada verano desde 2016, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y la Asociación Moto y Vida organizan un curso de conducción segura de motocicletas en las instalaciones de la Escuela de Tráfico de la Guardia Civil en Mérida (Badajoz), impartidos de forma voluntaria y altruista por guardias civiles instructores de la Escuela.
“La finalidad es colaborar desde la Agrupación para bajar la cifra de siniestros y la formación es una de la principales medidas. Queremos sacar más cursos como este en colaboración con la DGT”, explica el director de la Escuela de Tráfico, el coronel Tomás García Gazapo.
Además los cursos tienen una finalidad altruista, pues en cada edición los fondos recaudados se destinan a instituciones como la Asociación Española Contra el Cáncer y la Asociación Española de ELA y UNICEF. En total, más de 17.600 euros recaudados y donados hasta la fecha.
Las primeras agentes llegaron a la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil en 1991, en la especialidad de Atestados. Dos años después fue destinada la primera mujer motorista. Actualmente hay 167 mujeres destinadas en la ATGC en puestos de dirección, motoristas y atestados.
Recientemente, una de estas agentes ha sido reconocida por su labor. La capitán al frente del Subsector de Tráfico de Soria, María Teresa Miras, ha sido galardonada con el premio Mujer y Gestión del Tráfico 2019, por su aportación a la seguridad y el buen funcionamiento de la circulación de vehículos, concedido por la Asociación de Ingenieros de Tráfico y Técnicos de Movilidad.