12 junio 2024

 Desde que la Guardia Civil asumiera el encargo de vigilar las carreteras en España, las motocicletas han formado parte del parque móvil de la Agrupación de Tráfico y han evolucionado con ella, adaptándose al ritmo de los avances tecnológicos, la modernización de las infraestructuras y las nuevas formas de movilidad.

“El cambio se puede ver gráficamente al comparar el motorista de hace 65 años con el motorista de ahora. El motorista de hace 65 años salía casi a la aventura a la carretera, a intentar ayudar como pudiera al usuario de la vía”, asegura el teniente coronel Varela, jefe de la Oficina de Transformación Digital y Calidad de Tráfico.

Hoy la tecnología permite una mayor eficacia en las labores de control, de auxilio, así como en la protección de los propios agentes.

“El servicio, apoyado en los avances tecnológicos, es más ajustado a las necesidades que pueda tener el usuario: El motorista actual tiene la capacidad de salir a la carretera con aparatos para realizar pruebas de alcohol y drogas, cinemómetros... Está conectado a bases de datos para hacer comprobaciones in situ y también los usuarios tienen acceso a las tecnologías y capacidad para comunicarse”, afirma Varela.

 

 

Esto es evidente en las Patrullas Integrales. Compuestas únicamente por guardias civiles de la especialidad de motoristas, disponen de medios portátiles que les permiten un servicio totalmente autónomo y las dota de una mayor agilidad en el control del tráfico.

De Incógnito. En cuanto a los dispositivos de vigilancia y control, la última novedad es la utilización de motos camufladas. Su uso forma parte de un proyecto que busca reducir la siniestralidad de los motoristas. Para ello se utilizan motocicletas sin distintivos visibles, pero apoyadas por una unidad con colores uniformados, quien notificará las infracciones detectadas por los motoristas camuflados e intervendrá a requerimiento de estos.

Para realizar esta tarea la ATGC dispone de 33 motocicletas camufladas de colores comerciales de distintas marcas y modelos, repartidas en distintas Unidades de la Agrupación. El objetivo es observar de forma discreta infracciones graves que son más difíciles de apreciar de otra manera. El proyecto, comandado desde la Jefatura de la Agrupación, evaluará los beneficios e inconvenientes de esta medida para decidir si se extiende a un ámbito amplio de la demarcación competencia de la Guardia Civil.

Especialización. Uno de los grandes avances de la modalidad de motorista se encuentra en la formación, con continuas mejoras para conseguir la mejor capacitación. Ahora el curso que se realiza en la Escuela de Tráfico de Mérida es más completo y se imparten jornadas de actualización y formación continua. Todo ello con el objetivo de integrar todas las capacidades y mejorar de forma evidente el desempeño, al aumentar su independencia para actuar.

Gracias a todo esto las carreteras españolas cuentan hoy con la presencia de 695 cabos y 5.305 guardias motoristas dedicados a una especialidad, la de Tráfico, donde el servicio al ciudadano es muy visible: Para estos guardias es prioritario contribuir a la labor preventiva de la seguridad vial de los usuarios con su presencia, y prestar ayuda y el auxilio necesario ante cualquier incidencia, sea esta un siniestro, una avería o cualquier otra situación de emergencia.

Una dedicación que es apreciada y valorada, y que puede ser corroborada por cualquiera que haya recibido la ayuda de miembros de la Agrupación a lo largo de los millones de horas de patrulla realizados en estos 65 años de historia de éxito.