Las claves para comprar un coche usado
- Podemos solicitar el historial del vehículo a la DGT.
31 diciembre 2024
En España se comercializaron en 2023 dos millones de vehículos de ocasión (VO), según datos de Ganvam (Asociación Nacional de Vendedores y Reparadores de Vehículos). Es un mercado al alza que requiere que tomemos algunas precauciones.
Lo cierto es que comprar un coche de segunda mano puede ser una excelente manera de ahorrar dinero y obtener un vehículo que se adapte a sus necesidades. Sin embargo, este proceso puede ser complejo y requiere atención a numerosos detalles para evitar sorpresas desagradables.
Y es que la edad media de los vehículos de ocasión vendidos el año pasado fue de 11,6 años: el 42% de ellos superaba los 15 años, mientras que el 56% de los dos millones de vehículos analizados tenía una antigüedad de 10 o más años.
Cómo elegir el mejor. Resulta evidente que la edad aumenta el riesgo de que existan fallos en el vehículo, como daños producidos por accidentes o fallos técnicos previos.
Para detectarlos, hay una serie de pasos que se deben dar para asegurarse de que la unidad elegida es la ideal.
Antes de comenzar la búsqueda, es crucial definir para qué se necesita el coche. Para ello hay que preguntarse algunas cosas como: ¿Qué uso le daremos? (desplazamientos diarios, viajes largos, uso familiar, etc.), ¿cuántos pasajeros se llevarán regularmente? o ¿a qué tipo de terreno y condiciones climáticas se enfrentarán habitualmente?
A continuación, debemos tener claro cuánto estamos en disposición de gastar. Para ello hay que acotar el precio de compra del vehículo y tener en cuenta los gastos adicionales como seguros, impuestos, mantenimiento y posibles reparaciones.
Tener varias opciones. Es hora de empezar la búsqueda y para ello hay diversas fuentes para encontrar ese coche de segunda mano ideal. Lo más sencillo son portales web de compraventa de coches, redes sociales y foros especializados. Después podemos visitar concesionarios de coches usados, donde podremos ver in situ y en directo los vehículos que más nos gusten.
Es conveniente analizar diferentes modelos que se ajusten a nuestras necesidades y presupuesto. También tenemos que comparar precios para tener una idea clara de cuánto se debería pagar por un coche en buenas condiciones.
Una vez seleccionado el vehículo, hay que solicitar el historial del mismo (se puede comprar en la DGT o en empresas especializadas) y verificar el número de propietarios anteriores o los accidentes reportados entre otros datos.
Prueba de conducción. Tras haber comprobado todo lo anterior, llega el momento de inspeccionar el coche tanto por fuera como por dentro. En esta labor, no estaría de más contratar a un mecánico profesional para que dé su opinión si no se tiene la suficiente experiencia.
En el exterior hay que buscar signos de óxido, abolladuras y roces y, sobre todo, diferencias de color en alguna pieza de la carrocería, lo que puede indicar un golpe en esa zona y posterior repintado.
En el interior hay que fijarse en el estado de los asientos y el desgaste de los pedales, sobre todo, que indicará con bastante aproximación si el kilometraje es el real.
Tras esto hay que realizar, de forma obligatoria (si el vendedor no está por la labor, deberíamos desconfiar de esa unidad) una prueba de conducción. En ella tenemos que fijarnos en que el motor arranque y responda bien, sobre todo desde bajas revoluciones. También debemos probar los frenos, su eficacia y si se escuchan ruidos extraños. Por supuesto, la dirección debe ser suave y, sobre todo, precisa. Asimismo, la suspensión tiene que ser cómoda y brindar estabilidad en curvas y todo tipo de superficies.
Compra y transferencia. Si se ha encontrado algún defecto, es un buen motivo para pedir un descuento (tratando de no ofender al vendedor, eso sí).
Tras esto, es hora de preparar los documentos, el permiso de circulación, la ficha técnica (donde figure la ITV realizada), los carnés de identidad de vendedor y comprador y el contrato de compraventa.
Con todos estos documentos, podemos optar o por recurrir a una gestoría (en este caso se encargan de realizar el contrato) o por acudir a una jefatura provincial de tráfico.
Y, antes de comenzar a circular con nuestro vehículo, no debemos olvidar la contratación de un seguro.
Importante, la garantía. Por ley, la garantía mínima es de un año. Por eso, es muy valorable si nos incluyen con la compra una ampliación a dos. Y, además, tenemos que asegurarnos sobre quién ofrece esa garantía, si es la propia marca porque el vehículo todavía tenga pocos años, y qué elementos están cubiertos.
Las mejores garantías cubren elementos importantes como el motor y la caja de cambios, por lo que podemos ahorrar mucho dinero si en este periodo hay que realizar una reparación de cualquiera de estos elementos.
Y es que trucar el odómetro para bajar la cifra de kilómetros realizados resulta una operación muy rentable, ya que aumenta el valor del vehículo.
Para comprobar que el kilometraje del vehículo es el real hay varios métodos. Lo primero que debemos revisar es la documentación. Y uno de los documentos más fiables para comprobarlo es el papel que entregan en la ITV. Ahí no sólo se refleja, sino que se ve -sobre todo si ha pasado varias inspecciones- si existe una correlación lógica entre el tiempo transcurrido y los kilómetros realizados.
Aunque casi lo más fiable es solicitar un informe a la DGT, que ofrece hasta siete diferentes informes a los ciudadanos: reducido, completo, de datos técnicos, de cargas, de vehículos a nombre del interesado, de vehículos sin matricular y de titularidad de vehículos.
Por supuesto, es aconsejable observar ciertos elementos mecánicos del coche, como el motor, que no debería estar ni muy sucio ni muy limpio (esto último puede esconder algún defecto presente o pasado). Además, deberíamos comprobar si hay óxido en ciertas partes y soportes del vehículo, lo que podría sugerir un kilometraje muy superior al indicado.
En el interior, un coche con 20.000 o 30.000 kilómetros en el odómetro no puede tener los asientos desgastados, ni los pedales sin dibujo o el volante descascarillado.
Por eso, es muy recomendable mirar posibles desgastes en piezas que se usan, pisan o tocan habitualmente en la conducción, como esos pedales, la palanca de intermitentes, los mandos de las luces o el pomo de la palanca de cambios, sobre todo si se trata de una caja manual.
Hasta el 30 de septiembre, se habían vendido en España 323.106 turismos de segunda mano (VO). Esta es la lista con el top 10 en este segmento.
Antes de comprar es conveniente realizar una revisión al coche. Estos son los puntos clave.
• NEUMÁTICOS
Profundidad, grietas, desgastes y fecha de fabricación.
• CARROCERÍA
Arañazos, abolladuras, estado de la pintura (si está recién pintado puede ser síntoma de un golpe reciente).
• PUERTAS
Especialmente las bisagras, que no haya soldaduras recientes o que la pintura cambie de tono.
• DIRECCIÓN
Excesiva dureza, ruidos, holguras.
• CINTURONES
Estado de las cintas, anclajes, deslizamiento.
• FRENOS
Dureza del pedal y ruidos.
• LUCES
Si un faro es más nuevo que otro, si son dispositivos homologados, etc.
• CRISTALES
Comprobar si hay fisuras, la unión entre el parabrisas y el techo.
La Policía Nacional ha publicado en diversas ocasiones en redes sociales unos consejos para evitar que nos estafen cuando vamos a comprar un coche usado. Y son los siguientes:
• Desconfiar de unos precios demasiado bajos. Lo mejor es fijarse en algún precio medio para un mismo modelo, del mismo año y con kilómetros similares.
• No adelantar dinero. Sobre todo, por internet, y aunque sea una pequeña cantidad a modo de señal, como 200 o 300 euros. Eso es lo que estafarán, porque luego desaparecerán con nuestro dinero.
• Verificar la identidad del vendedor. No vale con recibir el DNI. Puede ser falso. Y tampoco se debe enviar nunca por internet o por WhatsApp ningún tipo de documento personal, como el carné de identidad o permiso de conducir.
• Comprobar antecedentes del vehículo y cargas, solicitando la matrícula al vendedor para, a continuación, pedir un informe a la DGT o a otras empresas privadas.