Una suma peligrosa
- Un 30% de conductores está en tratamiento con al menos un fármaco, y de estos el 50% toma dos o más medicamentos
08 abril 2021
La influencia negativa sobre la capacidad de conducir de algunos medicamentos, incluso de los que no precisan receta médica, y su relación con la accidentalidad es motivo de preocupación para los profesionales sanitarios y las autoridades de tráfico. Esto ha llevado a realizar un “Documento de consenso sobre medicamentos y conducción en España” en el que se puede encontrar información dirigida a la población general y a los profesionales sanitarios.
Alto consumo
El consumo de fármacos en la población es elevado. Como se puede ver en la infografía, en torno a un 30% de los conductores está en tratamiento con al menos uno, y de estos, la mitad toman dos o más. Es verdad que no todos los medicamentos tienen efectos negativos sobre la capacidad para conducir; al contrario al mejorar y controlar la enfermedad, el riesgo de accidente se reduce, pero algunos de ellos pueden poner en riesgo la seguridad al volante del paciente y de terceros. Estos llevan en su envase un pictograma, que no prohíbe la conducción, pero alerta sobre el riesgo de manejar vehículos y dirige a la lectura del prospecto, que informa sobre sus efectos negativos tanto para la conducción como para el manejo de maquinaria peligrosa.
Existen cuatro categorías de fármacos en función de su efecto sobre la conducción: Categoría 0 (sin efecto sobre la capacidad de conducción), I (influencia leve), II (influencia moderada) y III (influencia muy marcada). La relación de los fármacos autorizados en España con pictograma se revisa periódicamente y se puede consultar en la web de la agencia española del medicamento.
Dos fármacos
El consumo concomitante de dos o más fármacos, aun cuando no sean de los de categorías con más riesgo, o de uno de ellos con alcohol puede elevar el riesgo de sufrir un accidente de tráfico. Por ejemplo, en tratamientos como el de la depresión, generalmente se utilizan fármacos antidepresivos que a veces al inicio se asocian a otros que ayudan a controlar la ansiedad, el insomnio, etc. La suma de antidepresivos, ansiolíticos e inductores del sueño harán que el médico le recomiende no conducir durante las primeras fases del tratamiento, ya que los efectos adversos de unos y otros se suman y puede provocar somnolencia, lentitud… Cuando empiece a mejorar la sintomatología, probablemente la necesidad de los otros dos fármacos se reduzca e, incluso, desaparezca. De igual forma algunos antihistamínicos que tomados aisladamente no tienen repercusión en la capacidad de conducir, asociados con alcohol producen somnolencia, incrementando el riesgo de accidente al potenciar sus efectos sobre el sistema nervioso central; lo mismo ocurre cuando se consume alcohol con fármacos para tratar la ansiedad o los trastornos del sueño.
Afectan al volante
Entre los medicamentos que pueden disminuir la capacidad para conducir están los que se utilizan para tratar el insomnio, la ansiedad, la psicosis, la depresión, la epilepsia, el párkinson, el dolor, las alergias, la gripe y catarro o las alteraciones de los ojos. Estos fármacos pueden tener efectos adversos, a los que el conductor tiene que prestar especial atención, como somnolencia, dificultad para concentrarse o para permanecer alerta, alteraciones de la visión –doble o borrosa–, sensación de vértigo, lentitud de reacción, alteraciones de la coordinación, sensación de inestabilidad, mareos...
Existen momentos en los que la posibilidad de que estos
efectos se presenten es mayor y pueden aparecer incluso con fármacos que no precisan receta o productos de plantas medicinales: al empezar el tratamiento, cuando se realizan cambios de dosis, si se asocian varios medicamentos y máxime si uno o varios llevan el pictograma en el envase, si se ha consumido alcohol aunque la cantidad consumida sea muy baja, y en las personas de edad avanzada.
El documento de consenso da los siguientes consejos para reducir el riesgo de accidente de tráfico, con especial importancia si es usted conductor profesional:
• Siga las instrucciones que le ha indicado su médico.
• Si tiene dudas, no deje de tomar la medicación por su cuenta.
• Si nota cualquiera de los efectos señalados en los párrafos anteriores (somnolencia, debilidad, visión borrosa…), no conduzca y consulte.
• No conduzca los primeros días del tratamiento o cuando le modifiquen la dosis.
• Evite ingerir alcohol cuando esté tomando medicamentos (y siempre trate de no conducir después de haber consumido alcohol).
• Tome la medicación a la dosis y horario que le haya indicado el profesional sanitario.
• No se automedique.
• Si tiene que conducir de forma habitual, indíquelo siempre para que el profesional pueda valorar la posibilidad de encontrar el medicamento que menos influya sobre su capacidad para conducir.