"La gestión de la movilidad es básica para las Ciudades Patrimonio"
- Existen una serie de obligaciones que las ciudades deben abordar o como el mantenimiento de los cascos históricos, la protección medioambiental.
13 julio 2016
¿Qué peculiaridades tiene una Ciudad Patrimonio de la Humanidad para gestionar su movilidad?
La declaración que han recibido los Conjuntos Históricos de nuestras ciudades como Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO constituye un honor y un reconocimiento internacional y, al mismo tiempo, supone una gran responsabilidad que debemos asumir de cara a garantizar la protección y conservación de todos esos valores para las generaciones futuras. En este sentido, existen una serie de obligaciones que las ciudades deben abordar, como el mantenimiento de los cascos históricos, la protección medioambiental que en muchos casos ha sido degradada por desafortunadas intervenciones modernas, la restauración y rentabilización de gran cantidad de patrimonio edificado de carácter monumental y todos aquellos problemas que produce el hecho de enfrentar una configuración del pasado con la vida actual. La gestión de la movilidad es básica por tanto para las ciudades patrimonios. Y no solo por el hecho obvio de que el tráfico (entiéndase los vehículos motorizados) deteriora los espacios y los monumentos, con la emisión de contaminantes, y con el impacto negativo visual y acústico que representan; sino además porque la movilidad contempla todas las formas con que las personas se desplazan en la ciudad, tanto residentes, como visitantes.
¿Qué dificultades más importantes suelen presentar estas ciudades?
Las dificultades vienen de la propia concepción de estas ciudades, que nacen en sus conjuntos históricos. Estas cuando se construyeron se concibieron para ser inaccesibles a los enemigos y así poder defenderse de estos, con murallas entre el exterior y el interior, a donde sólo se puede acceder por unas pocas puertas. Ahora en el siglo XXI tenemos que hacerlas accesibles y funcionales. Además en la mayoría de ellas, la trama de calles medieval laberíntica sigue estando presente en gran parte del conjunto histórico, además de fuertes desniveles salvados en la mayoría de veces con escaleras. Trama que condiciona por tanto las soluciones en la movilidad que se toman sin poder llevarse a cabo una planificación teórica objetiva. Otra dificultad o más bien peligro que conlleva la gestión de la movilidad en los conjuntos históricos es que tenemos que hacer compatible la vida de los ciudadanos con la gestión de las necesidades de movilidad de los visitantes. Si no es así conseguiremos en efecto negativo de que el conjunto histórico perderá población y tenderá a convertirse en una ciudad – museo.
De las experiencias que se mencionan en el libro, ¿cuáles son las más efectivas para cuidar el Patrimonio y permitir un mayor disfrute de la ciudad?
Yo siempre he defendido que la movilidad en la ciudad es como un organismo vivo donde sus órganos y sistemas dependen unos de otros y cualquier decisión que se tome en una parte de este, por pequeña e insignificante que parezca, influye sobre todo el organismo. Es por ello que decir una experiencia sin contar con las demás es prácticamente imposible de plantear o al menos no debería de plantearse. Siempre se debería de hablar de un conjunto de actuaciones y se debería hacer una evaluación, planteamiento y puesta en marcha global. Es cierto que no es habitual y los políticos, e incluso algunos técnicos, en temas de movilidad plantean soluciones parciales que aunque pretenden mejorar determinados aspectos a la larga se acaban derivando en otros problemas que nacen de forma colateral, que podrían ser incluso más importantes que los que se quisieron solucionar. Por ejemplo la tan utilizada peatonalización de determinadas zonas de los conjuntos históricos, que tan bueno resultados ha dado en muchos casos, no puede ser analizada de forma unilateral. Hace falta una solución global: aparcamientos disuasorios en el entorno que compense el aparcamiento perdido para los residentes, alternativa a la carga y descarga de los negocios afectados, transporte público alternativo, alternativas para la accesibilidad para personas con movilidad reducida, elementos tecnológicos de control utilizados, movilidad escolar, etc. Cada ciudad es un mundo y lo que le viene bien a una a otra no le viene bien. Por tanto no hay una experiencias ni actuaciones estrellas.
¿Por qué Córdoba es un ejemplo de Ciudad Patrimonio sostenible?
Córdoba, con respecto al resto de ciudades patrimonio tiene dos aspectos diferenciadores. Por una parte tiene una Delegación de Movilidad y Accesibilidad con ingenieros especializados y con un papel más planificador que operativo, ya que esta última misión es de la Policía Local. Este aspecto suma mucho de cara a las decisiones tomadas. Es el mismo concepto que a nivel nacional se tiene en la diferenciación entre Guardia Civil y Dirección General de Tráfico. Esto no ocurre en casi ninguna ciudad de las 15, donde excepto en Tarragona, San Cristóbal de la Laguna y Córdoba, la movilidad recae sobe la Policía Local. Otro aspecto diferenciador y el más importante es el tamaño de la ciudad. Córdoba tiene aproximadamente 330.000 habitantes, seguida de lejos por Alcalá de Henares con 206.000. Además su conjunto histórico es uno de los más grande de España con 246,73 Has, lo que constituye un 14,3% del total. Todo ello tiene como consecuencia que los problemas de movilidad son mayores que en el resto de las ciudades patrimonios y por lo tanto esto ha conllevado que el análisis de todos los aspectos de movilidad han tenido que ser más completo y complicados, atesorando por tanto una experiencia que sirve para las demás.