"Hay que conducir solo cuando estamos en condiciones para ello"
- El porcentaje de vehículos que excede el límite de velocidad en puntos de control de radar ha aumentado durante el confinamiento, según vuestros propios datos en DGT
11 junio 2020
Una persona con estrés al volante puede ser muy peligroso, ¿por qué?
El estrés es una reacción natural a situaciones de peligro o de incertidumbre. Hay un estrés que es positivo porque aumenta nuestro estado de alerta y nos prepara para reaccionar con rapidez, por ejemplo ante una amenaza o un peligro puntual. Pero cuando se prolonga durante mucho tiempo o se “cronifica” como puede suceder en la situación actual, entonces genera cansancio, falta de atención y, también y ya más en el dominio fisiológico, dolor de cabeza, de estómago, aumento de la presión sanguínea y otras muchas dolencias más.
¿El confinamiento está causando más estrés?
Claro que sí. De hecho, realmente desconocemos, como tantas otras cosas en estos momento, el efecto que el confinamiento está produciendo en nuestra salud mental y, en concreto, en nuestra capacidad para conducir. Lo que está claro es que dormimos peor, estamos más preocupados por nuestra salud o la de nuestros familiares, o por nuestra situación o perspectivas económicas, con mayor estrés con los niños en casa todo el día… Aunque parezca mentira, muchas personas están realmente casadas por largas jornadas de teletrabajo a pocos centímetros de una pantalla de ordenador. Sin olvidarnos, por supuesto, de la tremenda carga de trabajo de muchos trabajadores sanitarios, de servicios de emergencia…
Y esto a pesar de que una de las principales causas de intranquilidad en un conductor -tráfico, atascos, ruido…- ya no se da. De hecho en algunos conductores está produciendo una “falsa” sensación de seguridad y una relajación en el cumplimiento de las normas de tráfico.
Efectivamente, los atascos generan estrés y el estrés, inseguridad vial. Pero normalmente se trata de situaciones puntuales o de limitada duración en el tiempo. El porcentaje de vehículos que excede el límite de velocidad en puntos de control de radar ha aumentado durante el confinamiento, según vuestros propios datos en DGT. Y lo mismo está pasando en Australia o en Massachussets en EE UU, donde la tasa de mortalidad se ha duplicado durante el confinamiento, según parece debido al aumento de la velocidad de circulación, el cansancio de los conductores, etc. Del mismo modo que una calle o una carretera ancha nos incita a aumentar la velocidad, una vía sin apenas tráfico también nos anima a correr más, precisamente cuando estamos más cansados, distraídos o estresados. Afortunadamente, en España durante el periodo de confinamiento la reducción en la circulación ha sido similar a la reducción de la mortalidad, aunque hay que tener cuidado precisamente ahora que se empieza a recuperar la actividad económica y la movilidad.
¿Qué aconsejaría a estos conductores?
Lo primero sería recordar que sólo debemos ponernos a los mandos de un vehículo si estamos en condiciones para ello. Si nos vemos estresados y podemos caminar o ir en transporte público, será más seguro que conducir. Si estamos conduciendo y nos vemos estresados, deberíamos hacer como con la somnolencia, un estado opuesto al anterior: detenernos en una zona segura, intentar relajarnos, airearnos y descansar. Unos minutos de meditación, concentrándonos en únicamente nuestra respiración u otras técnicas de relación nos pueden ayudar: como conductores y, evidentemente, en todas las facetas de nuestra vida.