Por unos ADAS aún más seguros
- La FIA propone formación para los conductores sobre el funcionamiento y los límites de los asistentes de conducción y revisiones periódicas de los mismos
05 febrero 2021
En el año 2022, los coches nuevos obligatoriamente deberán incorporar determinados sistemas avanzados de asistencia a la conducción (ADAS), según la regulación aprobada por el Parlamento Europeo en mayo de 2019. Con ese horizonte, la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) ha presentado una serie de recomendaciones para mejorar su rendimiento y garantizar un adecuado funcionamiento y un correcto conocimiento por parte de los usuarios y conductores.
Todas estas recomendaciones están recogidas en el informe "¿Cómo maximizar los beneficios de las ADAS para la seguridad vial?", que la FIA acaba de presentar ante el Parlamento Europeo. El estudio se ha centrado en seis de estos sistemas: frenada de emergencia automática (AEB), asistente inteligente de velocidad (ISA), asistente de parada de emergencia (ESS), control de crucero adaptativo (ACC), asistente de mantenimiento de carril (LKS) y aviso de fatiga (DM).
Conclusiones
Tras el análisis, la FIA ha presentado ocho recomendaciones.
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Más información sobre sus funciones. Los usuarios desconocen las limitaciones de los ADAS y sus condiciones de funcionamiento. Tampoco saben cuándo debe actuar el sistema o cuándo se activará o desactivará automáticamente.
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Mayor precisión. Aún falta hacer más preciso el funcionamiento de estos nuevos sistemas. En demasiadas ocasiones, los asistentes no se comportan como se espera, lo que afecta a la confianza que tienen los usuarios en ellos.
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Mejor comunicación a prueba de errores. Los ADAS pueden sufrir fallos en su funcionamiento, pero no avisan de ello. Se da el caso de que un conductor está esperando que actúe un sistema en concreto, pero este no lo hace, por lo que se compromete la seguridad, al no quedar apenas tiempo de reacción.
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Diseño de la interfaz. La interfaz hombre-máquina de los sistemas ADAS debe reaccionar y comportarse de forma predecible, para que el conductor esté informado de cualquier fallo en el funcionamiento.
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Procesos claros de mantenimiento y calibración. Los procesos de calibración y mantenimiento de los ADAS deben ser transparentes para que estos sistemas mantengan su eficacia a lo largo del tiempo. Tras sufrir un accidente, las cámaras y los sensores deberán ser recalibrados, especialmente los instalados en el parabrisas, para que su funcionamiento sea el correcto. Esta operación debe ser realizada por profesionales con formación, experiencia, metodología y tecnología adecuadas.
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Más educación y formación. La mayoría de los conductores no recibe formación específica sobre los asistentes que lleva su coche, solo la que le facilita el vendedor, el manual del vehículo o aplicando el método de "prueba y error". El director de política e investigación de la FIA, Neil Greig, considera que "hay que hacer mucho más hincapié en la educación de los conductores para hacer un mejor uso de la tecnología". En su opinión, los fabricantes y los concesionarios tienen un papel clave para que los conductores comprendan y utilicen "correctamente" los sistemas de seguridad.
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Procedimientos de evaluación más accesibles y actualizados. Actualmente, el funcionamiento de los ADAS no puede comprobarse a través del sistema de diagnóstico del vehículo (OBD, On Board Diagnostics), por lo que no hay claridad sobre la vida útil de los asistentes. La FIA considera que es necesario establecer una normativa clara para garantizar su vida útil y una revisión periódica para evaluar el correcto funcionamiento (podría realizarse con la inspección técnica anual). Además, los fabricantes deben facilitar a los talleres independientes toda la información sobre los asistentes.
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Enfoque de sistema integrado y seguro. Es necesario un enfoque integrado y multicanal "conductor-vehículo-infraestructura" para aprovechar y aumentar el potencial de seguridad de los ADAS. Así, los vehículos deberían cumplir unos requisitos técnicos mínimos y todos los sistemas tendrían que cumplir la misma normativa. Por lo que se refiere a las infraestructuras, los responsables de tráfico y de las carreteras deberían colaborar para conseguir una "red preparada para el futuro".