Caminar de manera segura
- Tendremos prioridad en los pasos de peatones, pero esto no significa que un conductor vaya a detenerse al iniciar el cruce
27 julio 2020
¿Qué se entiende por peatón?
Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), un peatón es “una persona que va a pie por una vía pública”. Sin embargo, la DGT la amplia y también considera peatones "a los que empujan cualquier otro vehículo sin motor de pequeñas dimensiones o las personas con movilidad reducida que circulan al paso con una silla de ruedas (con motor o sin él)”.
Normas generales de circulación
Normas generales de circulación que todo peatón debe cumplir y que la DGT recuerda:
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Los peatones tienen que circular por los lugares reservados para ellos y no hacerlo por los prohibidos (por ejemplo, autopistas y autovías).
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En ciudad, a ser posible, han de utilizar el centro de las aceras, alejándose tanto del bordillo –para no ser atropellados por un vehículo– como de los edificios –por su hubiese entradas o salidas de garajes–.
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Si una calle no tuviese acera o existiese algún obstáculo, se circulará lo más pegado posible a la pared y, a ser posible, de cara al tráfico.
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Se ha de prestar especial atención a los niños, quienes deben ir siempre de la mano de los adultos y jugar en espacios seguros y alejados de la calzada.
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Asimismo, los peatones no pueden llevar animales sueltos. De lo contrario, podrían crear situaciones de peligro para el resto de usuarios de la vía pública.
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Y los peatones sólo están autorizados a invadir la calzada para cruzarla.
¿Cómo se debe cruzar una calle?
Ya que nos hemos referido a la invasión de la calzada, se trata de una acción que comporta un riesgo. Por dicho motivo, es muy importante elegir siempre el sitio más seguro para cruzarla, preferiblemente un paso regulado por marcas viales, semáforos o agentes del tráfico. Y de no existir, se habrá de seleccionar un lugar con buena visibilidad.
En cualquier caso, antes de cruzar una calle nos pararemos junto al bordillo, miraremos a izquierda y derecha para asegurarnos de que no existe ningún peligro y finalmente cruzaremos la calzada en línea recta, lo más rápido posible pero sin correr.
En los cruces regulados por semáforos hay que esperar a que la silueta del peatón esté en verde para poder cruzar la calzada. Y se debe apresurar la marcha si comienza a parpadear. Ojo: aunque tengamos prioridad, conviene no cruzar hasta comprobar que los vehículos se han detenido.
Igualmente, tendremos prioridad en los pasos de peatones. Pero ello no significa que un conductor vaya a detenerse cuando iniciemos el cruce. Es aconsejable hacer una señal a los conductores con la mano para advertirles de nuestra intención y cruzar solamente cuando los vehículos se hayan parado.
Por su presencia, el paso que transmite más confianza y seguridad es el regulado por un agente de tráfico. En este caso, sus indicaciones prevalecen sobre otras. Por ejemplo: si la silueta del peatón de un semáforo está en color rojo pero el agente nos indica que podemos cruzar la calzada, seguiremos sus instrucciones.
Fuera de poblado
Todos estos consejos nos serán de mucha utilidad en ciudad. Pero, ¿cómo debemos actuar si decidimos estirar las piernas y darnos una buena caminata por carretera? Se trata de un hábito muy saludable. Pero si deseamos circular fuera de poblado con un mínimo de seguridad, es preciso tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
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Solamente se transitará por carreteras en las que no exista una prohibición expresa.
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Por lo general, en este tipo de vías se ha de circular por la izquierda para ver de frente a los vehículos que se acerquen.
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Y de existir, se caminará por el arcén. De no ser así, se utilizará la parte de la calzada más pegada al borde. En cualquier caso, si son varias las personas que circulan tendrán que ir una detrás de otra (en fila india).
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Tal y como sucede en ciudad, las carreteras han de cruzarse por lugares seguros y extremando las precauciones. Deben elegirse tramos con visibilidad y evitarse las curvas y los rasantes.
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Ya que nos hemos referido a la visibilidad, utilizar prendas como chalecos reflectantes nos ayudará a ser más visibles para los conductores.
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Y tanto en ciudad como en carretera, es esencial olvidarse del teléfono móvil y de escuchar música o la radio con auriculares, ya que su uso, al distraernos, nos aísla del tráfico y nos convierte en peatones más vulnerables aún.
Pero que suframos un atropello no depende sólo de nosotros. Lógicamente, los conductores tienen mucho que ver. El exceso de velocidad, hablar por el teléfono móvil, ir pensando en otras cosas… Son varios los motivos que pueden provocarlo. Cuando dejemos de ser peatones y nos convirtamos en conductores, es esencial que consideremos estos consejos:
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En primer lugar, debemos respetar los límites de velocidad. En el post “Velocidad excesiva: ¿cómo influye en la conducción?” Fundación Mapfre explica qué consecuencias puede tener un atropello en función de la velocidad a la que se circule.
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Especialmente, vigilaremos la velocidad y extremaremos las precauciones al aproximarnos a pasos de peatones, paradas de autobús, colegios, parques infantiles, calles comerciales, etc.
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Ya lo hemos comentado: el manejo del teléfono móvil (sin manos libres) o del navegador es muy peligroso. Y, además, está prohibido.
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En ocasiones, los peatones pasan entre los vehículos estacionados para cruzar la calle. Al circular al lado de estos últimos hay que estar especialmente atentos, porque podrían irrumpir en la calzada sin esperarlo.
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Y lo mismo sucede si estamos aparcados. Al dar marcha atrás miraremos por los espejos retrovisores para asegurarnos de que no hay un peatón pasando por detrás de nuestro vehículo.
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Seamos respetuosos y no aparquemos encima de una acera. Al ocuparla, obligaremos a los peatones a utilizar la calzada.
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Y en carretera, moderaremos la velocidad si hay un vehículo averiado en el arcén. En cualquier momento podría aparecer alguno de sus ocupantes en la calzada, con el consiguiente riesgo de atropello.