El reto de conducir seguro a los 70, 80, 90...
- Según datos de la DGT, el 15,5% de los permisos de conducir los tienen personas mayores de 65 años
21 diciembre 2023
Nos hacemos mayores y esto también se nota en la edad media de los conductores que viajan por nuestras carreteras y en el tipo de siniestros viales que protagonizan. Los datos de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (UNESPA) confirman esa veteranía al volante en nuestro censo de conductores: en su base de datos constan más de seis millones de asegurados mayores de 65 años a los mandos de todo tipo de vehículos. Un hecho posible gracias a que en nuestro país la conducción no es una cuestión de edad sino de aptitudes. Así lo reconoce el Reglamento General de Conductores al no establecer un “tope” máximo de cumpleaños para poder conducir, aunque sí enumera las enfermedades y síntomas que pueden alejarte de la carretera se sea joven o no.
Pero que la normativa no imponga una fecha de retirada del permiso de conducir no desvirtúa el hecho de que es necesario concienciarse sobre cómo acumular años afecta a capacidades tan importantes al volante como la visión o los reflejos. Un asunto relevante para la seguridad vial tanto en la agenda de la Unión Europea como en la española; porque todas las cifras apuntan a que los mayores son más prudentes al volante, pero también más vulnerables en caso de siniestro vial.
CENSO DE VETERANOS
El censo de permisos de conducir de la Dirección General de Tráfico (DGT) revela que en España ya hay cerca de 27 millones de conductores de los cuales el 15,5 % son personas mayores de 65 años (4,1 millones). Y según los últimos datos del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la DGT de las 1.270 víctimas de siniestros viales producidos en vías interurbanas en 2022, 282 eran mayores de 65 años. En las vías urbanas los resultados no fueron mejores, de los 476 fallecidos, 185 también eran mayores de esa edad, lo que supone un 39% del total, el grupo de víctimas más numeroso.
“En España, en 2022, el 27% de los fallecidos en accidente de tráfico eran mayores de 65 años. Estas cifras se van a agravar, si no hacemos nada, por el envejecimiento de la población", concluye María José Aparicio, subdirectora general de Formación y Educación Vial de la DGT. Es hora de ponerse manos a la obra y el primer paso imprescindible es concienciarse de que la edad no perdona y de que el exceso de confianza en la carretera nunca trae nada bueno.
LO QUE EL TIEMPO SE LLEVÓ.
“A medida que se incrementa la edad se dan una serie de deterioros físicos y psíquicos que pueden afectar a la conducción”, asegura el profesor Francisco Alonso, director del Instituto Universitario de Tráfico y Seguridad Vial (INTRAS). Una opinión que corrobora una extensa bibliografía científica. Por ejemplo, en 2017 se realizó en California un estudio que comparaba la conducción de adultos jóvenes (de 18 a 40 años) y veteranos (más de 60 años) y concluyó que los mayores experimentaban tiempos de reacción más lentos, sufrieron más colisiones y fueron menos capaces de mantener una distancia constante detrás del vehículo de control que los jóvenes.
Otra investigación, realizada por la Universidad Politécnica de Polonia en 2020, confirmó que la edad comporta cambios relacionados con la pérdida de reflejos influyendo negativamente tanto en la distancia de frenado como en el tiempo de respuesta del conductor. Estas son sólo dos muestras de la literatura científica que ha comprobado que no es lo mismo conducir con 70 que con 30. “Las capacidades cognitivas (atención, memoria, concentración, capacidad de reacción…) se ven disminuidas con el paso del tiempo aunque se mantengan recursos adquiridos gracias a la formación (disciplina mental) y la práctica (reserva cognitiva)”, asegura la doctora Marta Ozcoidi, Vocal de la Sociedad Española de Medicina del Tráfico.
MENOS ACCIDENTES. PÈRO PEORES CONSECUENCIAS
Los seniors concienciados con esta paulatina pérdida de facultades suelen compensarla a base de prudencia y cambiando sus rutinas de conducción. Las personas mayores no sólo tienden a conducir menos, sino que además son más “cumplidoras” de las normas y evitan comportamientos de riesgo, como superar el límite de velocidad, beber alcohol antes de ponerse al volante o circular sin el cinturón de seguridad puesto.
Los portavoces de UNESPA confirman que sus clientes mayores de 65 años protagonizan menos accidentes que el resto de conductores. “Tienen un 10% menos de probabilidades de sufrir un accidente que la media de conductores en España. En general, no se dan más partes a medida que se suman años, sino menos, excepto en el caso de las reclamaciones por daños propios, con un 16% más que la media”, aseguran sus portavoces.
Pero sobre estos buenos resultados cae como un jarro de agua fría otra consecuencia de la edad: que los mayores de 70 años son especialmente frágiles. Un estudio británico de 2018, que utilizó como base de datos los informes policiales de siniestros viales ocurridos entre 2002 y 2012 en Reino Unido, destacó en una de sus conclusiones que los conductores de edad avanzada tenían un riesgo de mortalidad “constante” que atribuyeron más al exceso de fragilidad de estos conductores que a la gravedad misma de los accidentes. “Las personas mayores tienen una menor capacidad de recuperación. Sus órganos y sistemas han perdido funcionalidad y capacidad de regeneración. Además, en su caso la probabilidad de que aparezcan complicaciones es mayor”, apunta la doctora Marta Ozcoidi. A esta mayor fragilidad y menores facultades al volante hay que añadirle un tercer problema: que la carretera no se lo pone fácil.
ADAPTAR LA VÍA A LOS MAYORES DE 70
Conducir no es una tarea sencilla, de media hay que tomar 15 decisiones cada minuto cuando se está al volante. Por sus propias características físicas, para los conductores mayores esa toma de decisiones puede ser todo un reto porque nuestras vías, señales y flujos de tráfico están pensados para un conductor medio, no para alguien que tiene rigidez en el cuello, artrosis en las manos o necesita pensar un poco antes de maniobrar. “En vista de que el grupo de personas mayores es cada vez más numeroso deberíamos mejorar las vías generando carreteras autoexplicativas y 'perdonantes' que eviten accidentes y minimicen las consecuencias de los mismos en caso de que ocurran”, explica el profesor Francisco Alonso.
En una carretera autoexplicativa los elementos de diseño y el equipamiento de la misma provocan una expectativa al usuario sobre el comportamiento que se espera de él, induciendo a una velocidad y unas maniobras determinadas. Por su parte, una carretera perdonante es aquella que “perdona” el error del conductor minimizando la probabilidad de accidente. Desafortunadamente, hoy por hoy, ambas infraestructuras son una apuesta de futuro más que una realidad.
Incluso la esperanza tecnológica de los últimos tiempos en materia de seguridad vial, los sistemas de asistencia al conductor ADAS, necesitan hacer un esfuerzo para adaptarse a este colectivo creciente de conductores mayores cuyas necesidades de asistencia a bordo son diferentes a las de los más jóvenes. Un estudio realizado por el Instituto Científico de Investigación en Seguridad Vial de los Países Bajos lo dejó claro. Esta investigación comparó los efectos de los ADAS sobre el comportamiento al volante de conductores de 30 a 50 años y de 70 a 88 años y descubrió que mientras para el 70% de los jóvenes los mensajes que emitían estos sistemas llegaban a tiempo, para el 60% de los conductores de más edad llegaban tarde. Eso sí, en ambos grupos los ADAS aportaron mayor seguridad.
Invertir en infraestructuras o incluso en un coche más seguro mientras se adapta el tipo de conducción a las limitaciones físicas propias de la edad puede hacer que los más veteranos disfruten de la carretera por mucho tiempo, porque la seguridad en la conducción no depende exclusivamente de los años que se hayan cumplido, sino del estado de salud, el comportamiento durante la conducción y el cumplimiento de las normas de tráfico.
Como más vale prevenir que curar es hora de tomar nota de las recomendaciones que los expertos hacen para que la conducción sea más segura a partir de los 70 años.
• Chequear la salud de forma regular. La salud es lo más importante para un conductor. El reconocimiento psicofísico para la renovación del permiso de conducir se sitúa actualmente cada cinco años a partir de los 65 (tres si se es conductor profesional). Por eso resulta recomendable chequear por nuestra cuenta año a año la vista, el oído y el estado de salud. Reconocer un problema médico en la siguiente revisión del psicotécnico no tiene por qué comportar la retirada automática del carné. De hecho, “entre los 65 y los 70 años, el 67% de los conductores es considerado apto con restricciones. De 71 a 75 años pasamos al 82%, de los 76 a los 80 al 91% y de los 81 a los 85 al 93%”, explica Francisco Alonso de INTRAS.
• No salir sin planificar la ruta. Lo ideal es realizar recorridos conocidos, evitando trayectos largos y complejos. Nunca hay que confiarse, ni siquiera en los viajes cortos. Conducir sólo cuando las condiciones climatológicas sean benignas y escoger rutas que incluyan vías bien iluminadas y lejos de las horas punta resta problemas. Y, por supuesto, evitar la conducción de noche.
• Prestar atención a las maniobras. Los giros, las incorporaciones de carril y las intersecciones son tres de las maniobras más costosas para este colectivo de veteranos. Un estudio de la Universidad de Granada ha comprobado que los conductores mayores de 60 años tienen más accidentes en contextos que resultan poco problemáticos para el resto de conductores, como las intersecciones. Ante una intersección, evitar cualquier distracción.
• Tomar nota de las fechas y horas críticas. Según el proyecto “SAVIMA: Barómetro de Salud Vial en Mayores”, los meses de julio, octubre y septiembre son especialmente críticos para los accidentes de tráfico de mayores. Además, la franja horaria más peligrosa es la que va de las 07:00 a las 11:00 h y de las 12:00 a las 15:00 h. El viernes es el día de la semana en el que existe más riesgo.
• Reciclarse y actualizarse. No importa la edad, hay que repasar la teoría y la práctica de las normas de prioridad, las señales de stop, la distancia de seguridad, la velocidad y los malos adelantamientos. Los estudios indican que cuanto mayor es la edad del conductor, hay un mayor desconocimiento de las normas de circulación y eso puede generar un problema serio a la hora de circular.