Gestos que protegen el medioambiente
- El sector del transporte representa casi un cuarto de emisiones de dióxido de carbono relacionadas con la energía.
05 junio 2019
En diciembre de 1972, la Asamblea General de Naciones Unidas designó el 5 de junio como Día Mundial del Medioambiente. Este día y no otro en recuerdo de la Conferencia de Naciones Unidas por el Medio Ambiente Humano, que se celebró en Estocolmo en 1972 y que llevó a la creación del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
¿Qué causa la contaminación del aire?
Cada año, el Día Mundial del Medioambiente se organiza en torno a un tema y sirve para centrar la atención en una cuestión particular apremiante. El tema de este año, "Contaminación del aire", hace un llamamiento a la población de todo el mundo para ayudar a combatir un grave problema que afecta a millones de personas en todo el mundo. Entender los diferentes tipos de contaminación, y cómo afectan a nuestra salud y al medio ambiente, nos ayudará a tomar medidas para mejorar el aire que respiramos. A menudo ni siquiera se puede ver, pero la contaminación atmosférica está en todas partes. Nueve de cada diez personas en todo el mundo están expuestas a niveles de contaminación que superan los niveles de seguridad señalados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El sector del transporte mundial representa casi un cuarto de las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con la energía, una proporción que está aumentando. Las emisiones del transporte se han relacionado con casi 400,000 muertes prematuras.
Como conductores también podemos contribuir a la calidad ambiental con 3 gestos:
A la hora de comprar un vehículo, opte por un vehículo limpio
Además de subvenciones a la compra de vehículos híbridos y eléctricos podrá beneficiarse de otras ventajas, como poder circular por el carril Bus VAO o por el centro de las ciudades. Para ello la DGT puso en marcha los distintivos ambientales, una catalogación del parque según sus emisiones contaminantes. Pinche en la imagen a continuación para acceder a la información sobre esta clasificación medioambiental.
Conduzca de manera eficiente
Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), aplicar unas sencillas técnicas de conducción puede suponer un 15% de ahorro en carburante y, por lo tanto, también de las emisiones de CO2.
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Puesta en marcha: A la hora de arrancar, por ejemplo, arranque el motor sin pisar el acelerador. Iniciar la marcha inmediatamente después del arranque. Y, en motores turboalimentados, esperar unos segundos antes de iniciar la marcha.
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Primera marcha: Usarla solo para el inicio de la marcha. Cambiar a segunda a los 2 segundos o a los 6 metros aproximadamente.
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Aceleración y cambio de marchas: Según las revoluciones: en motores de gasolina, entre las 2.000 y 2.500 rpm. En motores diésel, entre la 1.500 y 2.000 rpm. Según la velocidad: a 2ª marcha, a los 2 segundos o 6 metros; a 3ª marcha, a partir de los 30 km/h; a 4ª marcha, a partir de los 40 km/h; a 5ª marcha, a partir de los 50 km/h. y a 6ª marcha, por encima de los 60 km/h. Acelere tras la realización del cambio.
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Utilización de las marchas: Circular lo más posible en las marchas más largas y a bajas revoluciones. En ciudad, siempre que sea posible, utlizar 4ª y la 5ª marcha, respetando siempre los límites de velocidad.
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Velocidad de circulación: Mantenerla lo más uniforme posible, buscar fluidez en la circulación, evitando los frenazos, acelerones y cambios de marcha innecesarios.
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Deceleración: Levantar el pie del acelerador y dejar rodar el vehículo con la marcha seleccionada en ese instante. Frenar de forma suave con el pedal del freno. Reducir de marcha lo más tarde posible, con especial atención en las bajadas.
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Detención: Siempre que la velocidad y el espacio lo permitan, detener el coche sin reducir previamente la marcha.
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Paradas: En paradas prolongadas (por encima de los 60 segundos), es recomendable apagar el motor.
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Anticipación y previsión: Conducir siempre con una adecuada distancia de seguridad y un amplio campo de visión que permita ver 2 ó 3 vehículos por delante. En el momento en que se detecte un obstáculo o una reducción de la velocidad de circulación en la vía, levantar el pie del acelerador para anticipar las siguientes maniobras. La anticipación nos permitirá advertir con suficente antelación los imprevistos que puedan surgir en la vía.
No utilice el coche para todo
Los 12 principales sistemas de bicicletas compartidas de Europa aportan beneficios para la salud y la economía. Actualmente, el paso a la bicicleta compartida por parte de personas que antes viajaban en coche ya permite evitar cada año cinco muertes y ahorrar 18 millones de euros.
En el caso que todos los viajes hechos en los sistemas de bicicletas públicas fueran de exconductores de coche, se evitarían 73 muertes al año y se ahorrarían 226 millones de euros. Son las conclusiones de un nuevo estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación Bancaria ”la Caixa”.
La huella ecológica es un indicador biofísico de sostenibilidad que trata de calcular este impacto humano y se define como "la superficie ecológicamente productiva necesaria para producir los recursos consumidos por un habitante medio de la sociedad analizada, así como la necesaria para absorber los residuos que genera". Esta incluye bosques, tierras cultivadas, pastos, mar productivo, etc. y se mide en hectáreas globales (hag).
El transporte es, según un informe del Ministerio de Medio Ambiente, el segundo componente más importante de la huella ecológica (23,4%) solo por detrás de la fabricación de bienes de consumo. Los ciudadanos podemos reducir nuestro huella ecológica; por ejemplo, modificando nuestra forma de desplazarnos, utilizando más los transportes públicos o el tren o la bicicleta frente al transporte privado, o conduciendo de forma menos agresiva, adecuando la velocidad a los límites o al tráfico existente, circulando sin frenazos ni acelerones, comprando vehículos más respetuosos con el medio ambiente.